CAPITULO IV
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EL GATO MICHU
DE LA VIDA REAL |
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Hicimos el ultimo viaje a su tierra, Iquique, lo pasó lindo, aquí está en una de nuestras paradas en la pampa nortina de Chile, cuando nos deteníamos a comer algo en el camino, el era el primero que se presentaba para que le dieramos algo. Ya se notaba su carita de enfermo, pero no perdía la postura. Aquel fin de año ya se veía delgado y había perdido
su señorial caminar pero nunca perdió el amor que nos profesaba
a cada momento. Un día 1 de Enero llegábamos a la casa de
playa donde el se había quedado todo el día, a eso de las
doce de la noche; cuando al entrar en casa sus lamentos se dejaron caer,
era como un ¿ por que, por que no llegaron antes? si tanto los
estaba esperando para morir; trataba de caminar y se iba para el lado,
sus ojos eran dos diamantes brillantes que no querían apagarse,
lo había pasado muy bien en la tierra junto a nosotros..no quería
irse. El michu estuvo tres horas agonizando,..hasta que a las tres de
la madrugada emitió su último suspiro. El michu se quedó
en nuestro jardín para siempre, sobre el hay flores que crecen
en primavera, flores que llaman mi atención cada vez que muestran
sus colores rojos y me traen a la memoria a este maravilloso animal que
no se va del jardín, que quiere permanecer por siempre a nuestro
lado. Oh...Señor
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