CAPITULO III
|
EL GATO MICHU
DE LA VIDA REAL |
||||||
Pero algo me decía que volvería con mi amado gato; como
nunca soñaba con tomarlo en brazos y decirle lo tanto que le quería. Como ese día que lo llevé al Valle de la Luna en el altiplano Chileno; el, se paraba en la ventana de la Van para observar todo a su alrededor, ya atardecía y la noche se presentaba con su obscuridad total, sin luna no se veía a un metro; cuando volvía ya por el camino me detuve en la berma, di la vuelta por detrás de la Van y me habré demorado un minuto, cuando cierro la puerta y me apresto a partir, por instinto miré hacia atrás por el espejo lateral ya que debía retomar el camino,y, me encuentro con la imagen del michu en el espejo; este, había salido de la Van cuando abrí la puerta, y no me había dado cuenta; casi lo pierdo en esa oportunidad; nunca habría encontrado aquel sector en el que todo es parejo e igual, la fisonomía del camino no cambia en decenas de kilómetros. Siguiendo con la busqueda..regresamos al camino nuevamente para ver si
algo aparecía, ya estábamos perdiendo la fe, pero insistí
y le dije a mi amigo vamos por última vez a revisar el bosque.
Y así entramos nuevamente al bosque y seguimos buscando durante
largo rato, nos separamos para ampliar mas la búsqueda; en un momento
pensé realmente lo que significaba regresar sin mi gato, todas
las esperanzas y la fe que había dejado ver en mi no se cumplirían
y esto era muy triste; entonces se me ocurrió al mirar mi mano
con el cigarrillo encendido ofrecer algo a Dios para que el bosque me
devolviera a mi querido michu, y...le dije a Dios : ¿ sabes Dios
te ofrezco un sacrificio si me ayudas a encontrar a mi gato ? apagaré
éste cigarrillo y no fumaré mas, dicho esto apagué
mi cigarrillo y lo boté. Al momento de hacer éste mi último
intento de encontrar al michu sentí a lo lejos a mi amigo que me
llamaba pues había escuchado algo que provenía del fondo
de una quebrada. En aquel momento mi alma se desbordaba de emoción, mis lágrimas
eran contrarestadas por la inmenza alegría de mi espíritu;
el michu estaba en mis brazos, me miraba y me hablaba descontroladamente
lo que hacía subir mas mi adrenalina , ya, no trataba de entender
lo que decía, si no que, le escuchaba hablar y eran verdaderas
palabras de gato emocionado.
|
|||||||