Pablo y Matilde descansan junto al mar de Isla Negra en su tumba.
Ven el ocaso del atardecer, sienten la brisa y el murmullo de las olas que vienen a besar las arenas de la playa "Las Ágatas"
Es que esta playa, estuvo llena de piedrecillas de colores, imaginen cuando el sol las alumbraba, los reflejos multicolores y a la llegada de la noche de luna llena, el espectáculo era mayor.

LA LUNA Y ÁGATAS DE ISLA NEGRA

¿Dónde están las ágatas
que ya no veo los reflejos?

Ya en la arena no descansan
piedras bellas del pasado,
con sus vetas y colores
anunciaban alfombrados
en la playa de Isla Negra
en donde habitaron

Hoy preguntan los humanos,
también los peces
y los pájaros,
hasta el viento
y la luna,
¿qué pasó con las ágatas
que no queda ya ninguna?

Alumbraban esta tierra
y planicies junto al mar
llorando recordamos
los reflejos, suavidad,
de las piedras del lugar

Y vinieron desde el monte
en camino del caudal,
las tomó en sus brazos el mar
las pulió del manantial,
perla a perla frotándose
cual amantes en amor
suavizaron sus aristas
sin ningún dolor
En joyas se transformaron
fueron fruto de la tierra
en muros adosados
han quedado en el pasado

Ya no se ven las ágatas de Isla Negra,
todos preguntan por ellas
sólo quedan las arenas,
las olas, el mar,
la gente bella,
el sol y las estrellas

Y la luna cuando aparece
busca noche a noche alumbrar las piedras...

Le dijimos a la luna que no entristeciera,
pues las ágatas jugaban a las escondidas;
así se regocijo la luna
y cada noche que vuelve alumbrando las arenas
pierde el juego al no encontrar las ágatas;
pero, se aleja contenta al saber que están escondidas
pensando en encontrarlas algún día
para iluminarlas de plata.

Alfred Asís

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