|
BASES:
EL POEMA DEBE SER A PABLO NERUDA: Su obra, vida, logros, sus casas
o como lo vea el Poeta en su imaginación...
Sólo se recibirán hasta el número mil, contando
desde ya con los 133 que participaron en el 2010.
Se realizarán exposiciones en los países asociados a
LOS POETAS DEL MUNDO
y se editará el Libro con las obras completas.
Se adicionará a la obra en hoja aparte la Autorización
a Alfred Asís y Poetas del Mundo para la confección de las
gráficas para exposición y para la edición del libro
que será en beneficio de los Poetas. La edición estará
disponible para cada representación de los Poetas del Mundo que
haya participado en la obra.
Formato:
Una página A4 en letra Arial negrita tamaño 14 en Word.
Con:
Corrección gramatical
Nombre o pseudónimo
País representante
Enviar a:
islanegra@ciberexplora.cl
poeta@alfredasis.cl
RINCONES DE PABLO EN ISLA NEGRA
Pablo:
Cuantas huellas has dejado, tanto en el alma, como en la tierra y el cielo.
Tus pasos resonaron como el traquetear del tren, viajando por esos rieles
ferrosos entre la floresta sureña. Te veo bajar corriendo directo
hacia el árbol desapareciendo en el bosque, buscando el trino del
pajarillo y el repiqueteo del pájaro carpintero. Visiones del momento
las transformarías en prosa inundando de letras los libros de Chile
y el mundo.
Subiste el empinado cerro sin cansarte para mirar desde las alturas ese
suelo que pisabas en donde la lluvia desesperaba y el barro se acumulaba.
Pisaste el barro, chapoteaste en el agua que venía del cielo, recibiste
la ola del mar en la orilla de Puerto Saavedra y navegaste los primeros
rumbos en el Lago Budi. La Araucanía te recibió con las
chimeneas humosas, el canto del gallo y la Araucaria generosa. Tiempos
en donde el Alerce era el patriarca que cubría los techos y muros
con tejuelas indelebles en el tiempo y el Ulmo florecía para las
abejas que trabajaban para darte su miel. De pronto apareció un
lápiz en tu mano pródiga, iniciaste tu conversación
con la naturaleza, las aves, los animales y los seres humanos, estampaste
vida, obra y muerte entre caudales de tu mente. Habías comenzado
el camino de nunca acabar, era tu destino que te habría de acompañar.
Quizás nunca imaginaste dejar tu huella imperecedera que traspasaría
las fronteras hasta el último rincón de la tierra, quizás
te contaminaste de las estrellas bosquejándolas una a una siguiendo
tus letras. Brillos estelares fundieron tu poema para transformarlo en
libros de encantos que llegaron a los cautos, que se ubicaron en los escritorios
tanto de los adultos como de los niños, si, los niños, aquellos
que ya maduraron y hablan de tus letras que les han acompañado
desde tiempos remotos.
¿Sabes Pablo? veo a las aves que vienen en bandadas cuando aparece
el viento de Isla Negra, al llegar a tu casa se detienen planeando en
el cielo como buscando tu imagen o sintiendo tu espíritu que permanece
en esta tierra bendita. También vienen los humanos a ver parte
de tu pasado, con viento, con lluvia, frío o calor; no importa
el barro ni el dolor; vienen a ti, a tu huella, a derramar una lágrima,
a sentir la calma de Isla Negra, a ver tu barca en la tierra, a tocar
las piedras y maderas, mascarones y banderas, torreones y escaleras. Cuando
suben a tu pieza ven el mar desde el ventanal, ellos ven, como veías
tú las olas venir y a los barcos pasar.
Alfred Asís
Chile
|
|
|
|