"MIL POEMAS A PABLO NERUDA" DESDE ISLA NEGRA 2011
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BASES:

EL POEMA DEBE SER A PABLO NERUDA: Su obra, vida, logros, sus casas o como lo vea el Poeta en su imaginación...

Sólo se recibirán hasta el número mil, contando desde ya con los 133 que participaron en el 2010.

Se realizarán exposiciones en los países asociados a LOS POETAS DEL MUNDO
y se editará el Libro con las obras completas.

Se adicionará a la obra en hoja aparte la Autorización a Alfred Asís y Poetas del Mundo para la confección de las gráficas para exposición y para la edición del libro que será en beneficio de los Poetas. La edición estará disponible para cada representación de los Poetas del Mundo que haya participado en la obra.

Formato:
Una página A4 en letra Arial negrita tamaño 14 en Word.

Con:
Corrección gramatical
Nombre o pseudónimo
País representante

Enviar a:

islanegra@ciberexplora.cl
poeta@alfredasis.cl

 

RINCONES DE PABLO EN ISLA NEGRA

Pablo:
Cuantas huellas has dejado, tanto en el alma, como en la tierra y el cielo. Tus pasos resonaron como el traquetear del tren, viajando por esos rieles ferrosos entre la floresta sureña. Te veo bajar corriendo directo hacia el árbol desapareciendo en el bosque, buscando el trino del pajarillo y el repiqueteo del pájaro carpintero. Visiones del momento las transformarías en prosa inundando de letras los libros de Chile y el mundo.
Subiste el empinado cerro sin cansarte para mirar desde las alturas ese suelo que pisabas en donde la lluvia desesperaba y el barro se acumulaba. Pisaste el barro, chapoteaste en el agua que venía del cielo, recibiste la ola del mar en la orilla de Puerto Saavedra y navegaste los primeros rumbos en el Lago Budi. La Araucanía te recibió con las chimeneas humosas, el canto del gallo y la Araucaria generosa. Tiempos en donde el Alerce era el patriarca que cubría los techos y muros con tejuelas indelebles en el tiempo y el Ulmo florecía para las abejas que trabajaban para darte su miel. De pronto apareció un lápiz en tu mano pródiga, iniciaste tu conversación con la naturaleza, las aves, los animales y los seres humanos, estampaste vida, obra y muerte entre caudales de tu mente. Habías comenzado el camino de nunca acabar, era tu destino que te habría de acompañar. Quizás nunca imaginaste dejar tu huella imperecedera que traspasaría las fronteras hasta el último rincón de la tierra, quizás te contaminaste de las estrellas bosquejándolas una a una siguiendo tus letras. Brillos estelares fundieron tu poema para transformarlo en libros de encantos que llegaron a los cautos, que se ubicaron en los escritorios tanto de los adultos como de los niños, si, los niños, aquellos que ya maduraron y hablan de tus letras que les han acompañado desde tiempos remotos.
¿Sabes Pablo? veo a las aves que vienen en bandadas cuando aparece el viento de Isla Negra, al llegar a tu casa se detienen planeando en el cielo como buscando tu imagen o sintiendo tu espíritu que permanece en esta tierra bendita. También vienen los humanos a ver parte de tu pasado, con viento, con lluvia, frío o calor; no importa el barro ni el dolor; vienen a ti, a tu huella, a derramar una lágrima, a sentir la calma de Isla Negra, a ver tu barca en la tierra, a tocar las piedras y maderas, mascarones y banderas, torreones y escaleras. Cuando suben a tu pieza ven el mar desde el ventanal, ellos ven, como veías tú las olas venir y a los barcos pasar.

Alfred Asís
Chile