al mirar bien a OJITOS, este
era realmente OJITAS, pues era una gatita, y estaba bastante mas gordita
que cuando le habíamos conocido. Bueno, nos preguntamos si esto sería
por la sobre alimentación, o quizás había algún
padre dando vueltas por ahí. Y así con nuestra amiga gata siguió pasando el tiempo, un mes, dos meses; y, de pronto el RUCIO no apareció mas, nos había robado el alma, había embarazado a OJITAS, y, había desaparecido. Así nos quedamos tristes, aunque teníamos un gato muy parecido a el pero de pelo corto, le echábamos de menos por sus gracias y mirada de amor. Recuerdo una vez que trajimos a nuestro gato a la playa, y, quisimos ver que pasaba si se encontraban los dos, ja, ja ja, fue una linda experiencia, pero los felinos tienen su genio, y, cuidan sus espacios con la fiereza que se les conoce. |
|