Bueno así
fueron pasando, los días y cada vez que llegábamos a la casa
de la playa en la noche aparecían nuestros dos amigos a comer y a
entregar un cariño incondicional, ¿ incondicional ?.. Si.. Seguro que era así, la comida no importaba en lo mas mínimo; pero le hacían cariño a sus platos como queriendo decir, ¡ aquí no hay comida !... Ja ja ja, si no eran tontos, su placer era la leche y el pescado en tarro que ya habíamos comenzado a comprarles. Así no había día que no aparecieran, y a veces se quedaban hasta la mañana siguiente, y, cuando salíamos se encaramaban arriba de la terraza para despedirse; |
|