DUETO DE AMOR |
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¿Eres por mi? yo, soy por ti, ese farol que alumbra donde te me apareces en penumbras donde planeo saborear tu anhelo... No me iré de tu lado ¿como hacerlo? si no te siento muero si no tomo tus manos entre las mías ya desespero. Ya veo el espacio no existe en la distancia del amor todo es dulce, hasta el dolor, dolor de no sentir tu candor. Guardame vida mía en tu piel déjame adosarme como miel, siente mi dulzor verás que existo en el ayer y en el presente de tu cuerpo voy a permanecer. Alfred Asís |
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Soy, por ti, la estación
gloriosa bañada por el infinito de colores, dominada por mi gana ansiosa de regalarte todos mis sabores... Tengo un bronco y sublime anhelo de hacerme fuego entre tus brazos, de amarrarte con mi pelo para que no te vayas de mi lado Si tus labios y mis labios se juntaran, nunca más nos vencería el cruel espacio... el reloj mataría su migraña confinado en una torre del palacio... para siempre ser esclava de tus besos... Eres el dulce suspiro del viento que el vientre de la tierra me regala, te tengo todo por dentro y, al mismo tiempo, tengo la nada... Tatuaje del alma te me hiciste para que de ti no me apartara... arde en mi piel esa marca desde que en mi vida existes... Bésame el noctámbulo silencio que de mi dolor se burla reacio... Rossibel Ipanaqué |
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Tú, mi dulzura eres otra estación venidera te llamaré desde mi montaña como la abeja a su reina... Eres estación que acalora eres diosa de la aurora, hasta el dulce de tu voz confita mis emociones... ¿Comos serían tus labios en los míos anclados? no habría temporal que los separara acogerían el caudal de mis deseos frutosos. Eres mi fruta madura dulce amor no necesito tocarte para sentirte ya estás presente en mi, impresa en mi piel están tus dulces manos con tus dulces caricias... Déjame tus manos amor... Déjame tus labios dulce flor. Alfred Asís |
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Oh!!! Dulce encanto de los
dioses tienes mi alma envenenada, me embriagaste con tus dones, de ti estoy enamorada... Eres verde primavera, suave brisa de verano, de mi invierno, una quimera... del otoño, mi descanso... En tu voz una guitarra canta mi nombre tiernamente y me dice emocionada que me amarás para siempre... Rossibel Ipanaque |
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